Cuando pensamos en servicios, pensamos en personas. Parece lógico.
- Nuestras personas ponen cara a nuestros servicios.
- La atención y el trato cercanos de nuestra gente.
- La eficiencia en los procesos depende de nuestra mejor gestión, de nuestro equipo.
La tecnología y la innovación no tienen sentido sin los usuarios que las apliquen. Así que cuando pensamos en cómo mejorar nuestros servicios, sólo se nos ocurre plantearlo a través de nuestras personas. Eso nos dice el sentido común.
Por eso y porque nos gusta nuestra gente, hacemos todo lo posible para gustarles a ellos.